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Levantar las copas, chocarlas y gritar ¡salud! como símbolo de buenos deseos. Todos lo hacemos.
Esta es una costumbre extendida en nuestra cultura pero que tiene su fondo histórico, el mismo que hoy queremos acercarte.
Ya sea que deseemos salud, paz o amor, el acto de brindar en sí es un acto protocolario que se ha mantenido por generaciones.
Todos acordamos brindar a la vez, chocamos nuestra copa con la del resto y posteriormente damos un trago como rúbrica simbólica del compromiso adquirido en la invitación.
Hay brindis más solemnes y comedidos, otros -en cambio- son más sonoros y bulliciosos. En cualquier caso, el brindis se acompaña siempre de un anhelo común y de una aprobación unánime, deseando entre todos que se cumpla todo lo bueno.
Como curiosidad, la palabra "brindis" proviene de la expresión germana ich bring dir's, que quiere decir "Te lo ofrezco". A nuestro idioma llegó en el siglo XVI procedente de la palabra italiana brindisi.
Origen del brindis
El choque de copas ha tenido un objetivo distinto, dependiendo de la fuente que se consulte.
En la antigua Roma se pensaba que el vino se disfrutaba intensamente con el sentido del olfato, con el del tacto, el del gusto y el de la vista, pero se pensaba que quedaba fuera del sentido del oído.
Chocar las copas justo antes del trago simbolizaba que se participaba también del sonido que producía la bebida dentro de la copa, por lo que se disfrutaba plenamente y con los cinco sentidos.
Diferente bibliografía atañe el origen del brindis a los rituales religiosos en los que se llevaban a cabo sacrificios y ofrendas a los dioses. En estos actos ceremoniales se ofrecían líquidos sagrados, que solían ser sangre o vino.
Este regalo se hacía patente elevando al cielo los ruegos y pronunciando palabras de halago hacia las deidades, algo muy parecido a ¡a tu salud!
De aquí parece que proviene el deseo/ruego ¡salud! con el que seguimos brindando en nuestros días.
Pero se sabe más al respecto del origen del brindis.
Las civilizaciones griega y romana, tan asiduas a fiestas y banquetes, solían agasajar a los invitados con festines en los que nada faltaba y en los que todo (o casi todo) se permitía.
En estos ágapes parece ser que los asistentes solían chocar sus copas para alertar a los anfitriones de que se habían quedado sin bebida. Ese era el momento en que se avisaba a los sirvientes, y con las copas llenas podía continuarse la celebración.
Otra teoría al respecto de brindar al beber hace alusión a la antigua Roma, época en la que los envenenamientos eran frecuentes y garantizaban librarse de rivales políticos.
Se aprovechaba el momento de beber para introducir en el vino sustancias letales.
Los anfitriones, ante la sospecha de ser el objetivo de enemigos, pedían golpear sus propias copas con las de sus invitados. De este modo, en el choque se vertería parte de ese veneno de una copa a la otra.
Si dicha circunstancia se daba, ambos morirían.
No está claro el verdadero motivo del brindis, si bien todas las teorías que circulan tienen, desde luego, su lógica, y nos gusta pensar que todas han contribuido a dar sentido a lo que hoy hacemos al beber.
Desde aquí te mostramos las hipótesis de las que se tiene conocimiento para que tú también las conozcas y -por descontado- te invitamos a que sigas deseando salud y prosperidad en todas tus celebraciones, mejor si son con Hidromiel Valhalla.
¿Conoces alguna otra teoría al respecto del origen del brindis? ¿Quieres añadir algo más a lo que ya hemos contado? Te esperamos en los comentarios.
Buen día y Skol!
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